PUERTO PRINCIPE,HAITI. Los cuerpos se descomponen en medio de la calle. Los vivos temen epidemias y los camiones recolectores de cadáveres no dan abasto para los cuerpos.
La ceremonia de entierro de cadáveres no existe. Lo suben en una pala mecánica, lo tiran en un camión que viaja 40 minutos hacia las fosas comunes y vertederos de Tiantien, 10 kilómetros al norte del Puerto Príncipe, y allí los depositan junto con los escombros.
Son literalmente vaciados en un hoyo sin más presencia que el conductor del camión y su asistente. En varios lugares donde se depositan los cuerpos en todo Tiantien, en cada uno de ellos se han hecho grandes fosas, aunque en los vertederos habían cuerpos al aire libre.
Es que no hay tiempo para llorar cadáveres. Según la compañía que ha depositado cadáveres en Tiantien son cerca de 30 mil los cuerpos que desde hoy en horas de la tarde descansan allì, pero la verdad es que no hay control.
Las sobrevivientes sacan los cuerpos a la calle, cual funda de desperdicios, esperando que los vehículos transportadores los recojan; pero una gran parte de ellos son depositados en cualquier sitio: en la construcción del Ministerio de planificación externa, ubicado en la Route Rails, en el sector Carrefour, calle en la que ya se han lanzado muertos en avanzado estado de descomposición debajo de los puentes y los solados baldíos.
Los vecinos de esos sitios ya están hartos de cadáveres y atacan a pedradas a quienes tratan de tirar un cuerpo en esa zona.
Además de los cadáveres rescatados, están los que se encuentran todavía debajo de la construcción, que posiblemente sean más que los ya enterrados.
“Frente a mi casa se derrumbó un edificio con 105 habitaciones, había mucha gente ahí dentro y solo se han rescatado tres”, dice un haitiano llamado Héctor quien sirvió de traductor al grupo de DL.
En todo Puerto Príncipe, inclusive en el centro de la ciudad, hay edificios derrumbados de los cuales no se han rescatado cuerpos debido a la dimensión del desastre y en los próximos días podría ser peor.
Manos, piernas y otras extremidades se ven entre los escombros de los edificios cercanos al destruido Palacio Presidencial.
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